Los récords económicos en el mundo del deporte tienen una fecha de caducidad cada vez más reducida. Las cantidades que se mueven en traspasos o transacciones se hacen constantemente más masivas. Esto provoca que lo que ayer era una inversión descomunal hoy sea considerado una ganga. Todd Boehly convirtió al Chelsea en el club deportivo más caro de la historia a finales de mayo. Roman Abramovich fue obligado a ponerlo en venta por las sanciones a los magnates rusos derivada de la guerra de Ucrania, y el empresario estadounidense depositó 2,5 billones de euros para llevarse las acciones del club (acompañados de otros dos billones destinados a inversiones en el equipo). Ese récord perderá su vigencia poco más de dos meses después, tras la venta de los Denver Broncos por 4,65 billones de dólares (4,54 billones de euros).

La franquicia de la National Football League (NFL) llevaba seis meses en venta. Su anterior propietario era Patrick Dennis Bowlen, más conocido como Pat Bowlen, miembro del Salón de la Fama del fútbol americano desde 2019. Cogió las riendas del club en 1984 y lo llevó a tres triunfos en siete participaciones en la Super Bowl, además de otros logros menores. Desde su fallecimiento, a los 75 años en 2019, el grupo Pat Bowlen Trust heredó la franquicia, pero sus hijos no se pusieron de acuerdo sobre quién sucedería a su padre y optaron por poner las acciones del equipo en el mercado.

 

De este modo, el consorcio Walton-Penner, encabezado por Gregg Pener, Carrie Walton Penner y Rob Walton y con Lewis Hamilton como accionista minoritario, será el primer nuevo propietario de los Denver Broncos en 38 años y convertirá a la franquicia en la más cara de la historia de los deportes. Aunque tenían un acuerdo con el club desde principios de junio, necesitaban los votos a favor de 24 de los otros 31 equipos de la NFL. En una reunión en un hotel celebrada el martes, todos los dueños de la liga ratificaron la compra. Según The Washington Post, "los aplausos se podían oír en la sala de reunión desde antes de la aprobación definitiva".

El objetivo de los nuevos dueños está claro: "Poner un equipo ganador sobre el campo es nuestra prioridad número uno", aseguró Rob Walton, según Forbes uno de los 20 hombres más ricos del planeta. "Estamos deseando llegar a Denver, unirnos a nuestros nuevos compañeros y ponernos a trabajar", dijo, ilusionado. Estos meses de incertidumbre en los despachos de la franquicia no han supuesto una distracción para los jugadores y el equipo técnico, según señaló el entrenador, Nathaniel Hackett, en declaraciones recogidas por The Denver Post: "Me trajeron aquí para hacer un trabajo, que es preparar a este equipo para competir y clasificarse para los playoffs. Esa ha sido mi prioridad. En lo que respecta a los propietarios, estoy ilusionado por conocerlos pronto".

Su hija y su hijastro acompañan a Walton en este proyecto, que está "comprometido para ganar, pero por encima de eso comprometido para asegurarse de que los Broncos sean una parte importante de la comunidad de Denver". Según el padre, la familia ya mantuvo conversaciones sobre la posibilidad de comprar la franquicia hace una década, y esa fue siempre la única opción que barajaron, lo que habla de la relación que los vincula al equipo. "Parece un interés genuino, no solo un negocio", aseguró Judy Battista, periodista de la NFL. La historia ganadora del club se torció en este período, y los Broncos llevan seis años consecutivos sin clasificarse para los playoffs desde su triunfo en la Super Bowl de 2015.