Fue la ídolo de los adolescentes amantes del ska-pop de los años 90, que todavía cantan el mítico Don't Speak de No Doubt como himno de toda una generación. Gwen Stefani se convirtió en todo un icono, que ha dejado en la música otros temas míticos como Just a Girl o Hollaback Girl. Ahora, deleita con su presencia, talento y buen hacer a los espectadores y aspirantes de The Voice (La Voz), donde hace las labores de juez y coach.

Precisamente para hablar de la actual temporada del programa hizo una aparición como invitada en Late Night with Seth Meyers, pero lejos de llamar la atención por la música o alguno de los cantantes, fue ella la que se convirtió en absoluta protagonista por un detalle: su irreconocible aspecto.

La cantante, que el mes que viene cumplirá 53 años, hizo que muchos de sus seguidores tuviesen que pestañear dos veces para asegurarse que era ella la que estaba sentada en el sofá frente a Seth Meyers.

Así lo hicieron saber tanto en redes sociales como en los extractos de la entrevista que se compartieron a través de YouTube, donde muchos usuarios comentaban cómo la cantante había perdido su expresión característica y se veía completamente diferente a como era hace unos años; mientras que otros pedían que por favor dejase de infiltrarse rellenos innecesarios.

El aspecto de Gwen Stefani ha sido objeto de debate durante años, pero ella misma ha querido negar los rumores de que se haya podido someter a ningún procedimiento. Es más, durante su aparición en Carpool Karaoke en 2016, el presentador James Corden le preguntó directamente sobre cómo hacía para que pareciese que estaba envejeciendo 'al revés', y ella lo atribuyó a su relación con su ahora marido, el cantante de country Blake Shelton.

"Empecé a enamorarme y luego escribí un álbum entero sobre eso. ¡Ese ha sido mi 'lifting'!, aseguró.

Artista camaleónica

No es la primera vez que la artista ocupa titulares por su aspecto. En 2016, la cantante sorprendió a sus seguidores cambiando sus característicos labios rojos y ojos muy maquillados por un estilismo más sutil que la convirtió en irreconocible; o el pelo negro con el que deleitó a los seguidores de La Voz la pasada temporada. La Vanguardia